Hay sitios donde parece imposible crear jardines. Este era uno de ellos, un verdadero secarral, con poquísimas posibilidades.
Hicieran falta buenos conocimientos del suelo, de plantas resistentes a la sequía, a las heladas y demás condiciones extremas de climatología, estos han sido los ingredientes fundamentales para poder tener un jardín espléndido donde antes solo había arena.
Sin embargo, sin una buena dosis de pasión, crear este paraíso no hubiera sido posible.
Un diseño cuidado con esmero y pensado para aunar constante cambios y belleza, sin que hubiera un mantenimiento excesivo o un alto consumo de agua.
Es decir, este es un jardín sostenible y del cual solamente hay que disfrutar, con pocas intervenciones anuales de tareas de mantenimiento.
Todo un logro paisajístico.




Antes y Después

